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"Nada podemos esperar sino de nosotros mismos"   SURda

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22-12-2012

 

 

 


 

 

 

ESA VERDAD INDISCUTIBLE SOBRE LAS FUERZAS ARMADAS, QUE NUNCA SE CUMPLE

SURda

 

 

Fernando Moyano


El 10 de diciembre en la Fundación Vivián Trías, José Bayardi expresó en un debate con Constanza Moreira algunos conceptos sobre las fuerzas armadas.

Iván Kirichenko realiza en Búsqueda del día 13 una crónica de ese debate.

No tengo el gusto de conocer a Iván. Por su crónica parece aceptar las posiciones de José, y obviamente tiene derecho.. Pero llama la atención lo rápido que se hace eco además de las ideas, de la caracterización que pueda hacer José de personas que él, Iván, no conoce: " uno de los asistentes al debate...- dice - un rígido opositor a la existencia misma de las Fuerzas Armadas ...".

Me presento: soy ese asistente. Ese debate fue sobre las fuerzas armadas uruguayas; es cierto, tengo opinión contraria sobre su existencia como también la tuvieron Emilio Frugoni, o Carlos Quijano, o tantos otros que las consideran un mal innecesario para nuestro país . Qué tan "rígido" es eso, cada uno juzgará. Pero no es esa referencia personal muy menor la que me motiva, sino señalar la inconsistencia de las opiniones de este ex ministro de Defensa, nada menos.

En ralidad, ni las ideas de Bayardi ni la crónica de Búsqueda son demasiado importantes. Pero la confusión que a veces ocurre en este tema, sí lo es, y aparece por todos lados y de muchas formas.

Hemos escuchado reiteradamente esa afirmación dogmática, "las fuerzas armadas son lo que son sus mandos", sin respaldarla en hechos. Según la misma, si el mando superior da una orden (y si es el mando civil, también), se le obedece siempre. 

Para entendernos, comencemos primero por esa otra la afirmación insólita de Bayardi, el ejemplo concreto de su teoría: " Si en este país hubo golpe de Estado, no fue militar·. "El golpe lo dieron los civiles ", a quienes atribuye la "responsabilidad principal".


Además, llega a este extremo:


"Porque si el mando militar ... le pasa por encima al mando civil, el que está de más es el mando civil y hay que sacar al mando civil ". (!!!!!)

Para creerle a José que los militares fueron simples peones de un golpe civil, hay que empezar por olvidarse de ciertos hechos, como que en FEBRERO del 73 los militares se le desacataron a su "mando civil" Bordaberry, y solo le permitieron quedarse en el sillón presidencial a condición de que aceptase ser un monigote de la cúpula militar. Ese formato uruguayo de golpe (febrero 73: presidente civil decorativo, dictadura militar real) pasó a ser entonces una una tipología particular de golpes militares, para los estudios académicos internacionales en la materia. ¡Qué honor, uruguayos!

Aplicando su propia teoría, José Bayardi debería haber sido en 1973 partidario de derrocar a Bordaberry y apoyar el golpe de Estado. Esa película ya la vimos.


Y habría que olvidar también que cuando los militares sacaron después del forro al Borda no fue para restaurar las "instituciones", las que según Bayardi habrían arrasado solamente por seguir las órdenes de ese "jefe civil". Pusieron en cambio a otro pelele y siguieron la jarana.


Se hacía un chiste en ese tiempo, que parece indicar que la gran mayoría de los uruguayos somos tan "rígidos" que no nos tragamos esa teórica "ley del mando". Reunidos los tres comandantes uno decía: -Che Aparicio, traé tres café. El Apa reaccionaba. -¿Comó que traé tres café? ¡Yo soy el Presidente, esto es una falta de respeto al mando superior (y aquí el Apa se recitaba toda la teoría de Bayardi). -Bueno, tá bien -le contestan-, traé cuatro.


Y aun en el caso de que aceptarle a Bayardi esa caracterización del golpe del 73, ¿qué aportaría? Los que sustenten esa teoría tendrían que hacer la misma pirueta sofística para todos los cientos y cientos de golpes militares en nuestro continente contra gobiernos civiles: suerte en pila .


Tampoco resulta cierta la idea ni siquiera referida a los mandos militares mismos , o no hubiesen existido en nuestro continente tantos conflictos armados entre fracciones militares de un mismo país, los "azules" y "rojos" en Argentina, los "carapintadas", o los sucesivos golpes entre militares en Bolivia.


Tal vez José quera repetir en forma muy “rígida”esa idea común en la izquierda de que los mandos militares responden "a la oligarquía y el imperialismo", pero interpretándola al modo simplón de algunos teóricos (los malos teóricos, los muy malos) que la usan para caracterizar luego a esas fuerzas sociales como "civiles".

Eso sería solamente una maniobra de distracción. En la izquierda, a la que Búsqueda no es afín pero es el ámbito de ideas en que se discusión ocurrió, todos aceptan que los militares latinoamericanos son el brazo armado de las clases sociales dominantes, nacional o internacional. Hasta José Bayardi lo acepta, o más o menos.


Pero la discusión que se plantea en este caso es sobre los aspectos instrumentales de los golpes de Estado, no sobre sus contenidos programáticos de clase, cuestión en que hay un pensamiento aceptado en la izquierda, Bayardi o no Bayardi.

Y todos, se sea de izquierda o de derecha, aceptan que el imperialismo no es un fenómeno de la "sociedad civil". Incluye siempre un instrumento militar de primera importancia o no sería imperialismo . Atendiendo a esa condición es que se le pone ese nombre.


Las fuerzas armadas latinoamericanas, bien lo sabemos, responden a esas clases sociales dominantes. ¿A través de qué lineas orgánicas? Entre otras, a través de su subordinación al brazo militar imperialista , como siempre ocurrió, y como precisamente surge de los hechos planteados esa noche en la Trías. Por ejemplo, los tratados militares con EEUU, o las maniobras conjuntas y entrenamientos cuya decisión es contrabandeada a las autoridades civiles del MDN por parte de los militares, como práctica habitual, como lo ha explicado más de una vez el propio José Bayardi, que se contradice también en esto.


Sobre ese asunto de la obediencia ciega a las órdenes de mando, pusimos en el debate este ejemplo:


Cuando aparecieron los restos de Julio Castro y se comprobó que había sido fríamente ejecutado por los militares, se produjo en el país una ola de indignación. Justo en ese momento entraba en funciones un nuevo comandante en jefe en el ejercito, y en su discurso inaugural dijo que la institución "no albergará criminales", y que si existiese un "pacto de silencio" en filas militares sobre los crímenes cometidos (parece que él no sabe si existe o no), " ordeno que cese ".


Ya se cumplió un año. ¿Que pasó? ABSOLUTAMENTE NADA. O mejor dicho, sí pasó; siguen y siguen apareciendo las evidencias de los crímenes de la dictadura, pero NINGUNA por información de los miliares.


Podríamos formular aquí dos hipótesis.


Una: la orden de este jefe era una falsa orden para engañar a los peregiles del gobierno, la academia, etc. Pero no para ejecutar, todo lo contrario, se mantiene más que nunca la omertá. Algo así como en la historia de Tosca (Puccini) que más o menos era: "Si te acostás conmigo libero a tu amante, lo ordeno ahora mismo: ¡Liberen a Fulanito! (Sargento, a ese me lo fusila YA)"


La otra: el tipo dio la orden de buena fe, pero la "inercia institucional" (algo de lo que habló el mismo Bayardi) se lo llevó puesto.

Es como si fuese en un camión de 80 toneladas a 120 por la carretera y diese un volantazo. "¡El vehículo tiene que obedecer al mando!" ¿No?.

La orden cayó en saco roto porque la impunidad es ORGÁNICA, NECESARIA, e INHERENTE a la institución criminal armada, y ahí no hay orden que valga

Bayardi esa noche, contestando la pregunta, se afilió en parte a esta segunda hipótesis explicativa ("Puede ser un caso de inercia", dijo). Pero entonces, ¿en qué queda toda su linda teoría?

Porque en vez de "las fuerzas armadas SON lo que son sus mandos", estamos pasando a un hasta cierto punto, con suerte y viento a favor y si no te come la inercia . ¡Triste destino para una teoría que se enuncia con tanta dogmática seguridad!

¡Una ley indiscutible es esa de que las fuerzas armadas son lo que sus mandos! No se cumple para nada, pero es una ley indiscutible. E indiscutible tiene que seguir siendo, porque si se llega a poner en discusión no queda nada de ella. ¡Suerte que nosotros éramos los rígidos!

¿Nunca estudian, los académicos y teóricos políticos, los hechos de la institución real a la que se refieren, para "falsar la teoria" de acuerdo al pope Popper con el que se llenan la boca?.

"Dictadura cívico-militar" dicen muchos, disimulando el hecho de que se trató sin ninguna duda de una DICTADURA MILITAR en sentido estricto.

¿O acaso hubo en la Historia alguna dictadura militar que no tuviese por allí algún civil de adorno o marioneta? ¿No hay siempre alcahuetes que se prestan cuando les tiran un hueso? ¿Y de qué serviría entonces esa categoría analítica si se refiriese solo a las cosas químicamente puras que nunca ocurren en la realidad concreta? ¿Y es de gente seria confundir apariencia con esencia?

Y Bayadi, la verdad, nos resultó creativo en su forma de ver las cosas: golpe civil para instaurar una dictadura militar ,

D ice que las Fuerzas Armadas deben existir para “defender intereses estratégicos”, ya que “el país que no las tiene va a estar sometiendo gran parte de su soberanía”. “Lo peor que nos puede pasar es caer en un antimilitarismo vulgar”, “siempre que haya un interés estratégico que defender, es probable que en algún momento haya que resolver los conflictos militarmente” . También escuchamos esto ultimamente.

Vamos por partes. Nada hay hoy que permita suponer ese peligro, antes que nada.

El absurdo de tener para esa eventualidad hipotética un gasto militar real exorbitante, y además cargarle cosas que sobran hasta para esa hipótesis descabellada (como la "mutualista militar", los parques nacionales, y ese largo etcétera mencionado por Bayardi para intentar justificar el inflado presupuesto militar, olvidando que son cosas injustificables en sí mismas porque se trata de privilegios inaceptables de los militares, o entidades secuestradas por la fuerza a la sociedad civil) fue contestada debidamente por Constanza Moreira, y no abundaremos.


Pero incluso las cosas más absurdas e imposibles, como eso de que Uruguay se viese envuelto en una guerra con otro país para "defender recursos estratégicos", tienen su lugar en este mundo.

Incluso lo que no existe, existe. Porque los marcianos no existen, pero siempre algún loco habrá que crea que se vienen los marcianos.

Bayardi era Subsecretario cuando pasó precisamente eso . No sabemos si se enteró, o si acaso siendo "mando civil" no le informaron. Pero sabemos que hoy al menos no debería hacerse el distraído.

Tabaré creyó una vez que venía una guerra con Argentina y llamó a los mandos militares. Uruguay correría el peligro de ser atacado por una lancha de goma tripulada por gente mundialmente conocida por su pacifismo, que no portan nunca una sola arma.


Desde el punto de vista del estudio de la "hipótesis de conflicto" y la "defensa estratégica", da lo mismo que el peligro sea real, ficcionado a los efectos del análisis y el ejercicio, o imaginado por una mente delirante.

En este caso concreto los mandos de "defensa" ante una hipótesis de guerra con Argentina, dijeron: No nos da la nafta . En sentido metafórico y en sentido literal. Tal vez otra cosa tampoco les daba .

El país que no las tiene (fuerzas armadas) va a estar sometiendo gran parte de su soberanía”, dice Bayardi.

Y el país que tiene ESTAS, va a estar sometiendo gran parte de su soberanía porque sale a pedir ayuda a los yanquis. Porque estas fuerzas armadas podrán pelear contra un pueblo desarmado, podrán hacer desaparecer a ancianos enfermos o violar mujeres prisioneras, pero para la guerra real ellos mismos lo dicen: "con nosotros no cuenten"..

También Medina dijo una vez, reconociendo la absoluta incapacidad bélica de estas fuerzas armadas contra un enemigo real, que su función podría ser en todo caso simbólica, "inmolarse por la Patria", como la caballería polaca frente a los blindados alemanes. Un cuento de hadas...

Para poder contar con ellas para ese cuentito, estas fuerzas armadas nos cuestan más de una escuela por día. Y desde el fin de la dictadura a hoy se han comido el equivalente a toda la deuda externa uruguaya.

Y al fin, cuando llega el esperado día heroico del cuentito (por obra de otro cuento fantástico, porque si es por la realidad no llegaría nunca) estos héroes tan dispuestos a inmolarse, deciden faltar a la cita.


Para formular sus teorías, Bayardi debería primero mirar los hechos que pasaron bajo su misma nariz.

Nos dice también otras cosas realmente asombrosas, tanto que merecerían todo el ejemplar de Búsqueda.


Sobre los parques nacionales, por ejemplo, que nada tienen que ver con la defensa territorial y están en manos de los militares, nos dice que el ex ministro de Turismo, Lezcano, le escurrió el bulto al tema, y por eso siguen así las cosas.

¡Vaya criterio! Si un ministro no quiere hacerse cargo del trabajo que le toca hay que agradecerle los servicios prestados , que es lo que pasó al final con Lezcano. Pero que sea para poner a algún otro que sí se haga cargo, no para cederle la institución a los militares.

S i yo me apropio de Búsqueda por asalto y empiezo a editarla según me parezca, lo que corresponde es que me saquen y la devuelvan a su editores legítimos. Y si salgo con el argumento de que esos editores podrían ser una manga de incapaces y que yo en cambio podría estar haciendo las cosas mucho mejor, ¡no tendría nada que ver !

Por último, Iván señala que a Bayardi no le gustó nada que alguien (fui yo) calificase a esta institución armada de "corporativa, delicuencial, conspirativa", y que me contestó acotando que de ella salieron Seregni, Licandro, y Arrarte (este último nos honró esa noche con su presencia entre el público).


Como bien informa Iván, le contestamos de inmediato diciendo que estos hombres no "salieron" de la institución armada, LOS salieron . Expulsaron, encarcelaron, degradaron, persiguieron. Los consideraron traidores.


Por perversa y retorcida que sea una institución, siempre habrá allí algunas buenas personas. Pero lo que define la ética de la institución es lo que termina pasado con las buenas personas, allí.


Los consideraron traidores. ¿Por qué? Porque pusieron primero los verdaderos valores éticos, y traicionaron así los "principios sagrados" (corporativos, delicuenciales, conspirativos) que son la esencia de esa institución.

Las extravagantes ideas de Bayardi, como dijimos, no son tan importantes. Pero la confusión que hay en todos estos temas, muchas veces entre gente bien intencionada que se afilia a alguna de ellas, hace que debamos ocuparnos de esto.




 
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